Decía mi amiga Denisse: "Si irse del país fuera fácil, ya todos nos hubieramos ido". Me acuerdo de la gente que se va de mojada al gabacho, con un idioma que no saben hablar, sin saber a dónde llegar, sin saber muchas veces si llegarán. El enfrentamiento con una nueva forma cultural, y el enfrentamiento con los ojos del otro sobre uno. Aquí, en Barcelona, la facilidad es que se habla castellano, pero los usos y costumbres de la región catalana son tan apropiadas como las de cualquier zona geográfica del mundo. Uno debe preguntar que significa tal o cual palabra, cuando uno se expresa libre y soberanamente resulta que a veces no nos estan entendiendo, sin embargo la disposición esta ahí: un diálogo rico de aprendizajes transnacionales.
Estando aqui me doy cuenta que se pasan por muchos estados de ánimo. De la tristeza a la conmoción. Del deseo al recuerdo. De la esperanza al ahnelo. Irse puede resultar sencillo, quedarse es lo debatible. Cómo saber si esta ciudad me recibirá bien, como saber confrontar los propios miedos frente a un discurso diferente de ciudad, por el ordenamiento en sus calles, por que el rojo y el siga del peatón simplemente no existían en tu lugar de partida. Oler nuevos olores, otros sabores en la comida, ver nuevos colores de gente, personajes que nunca hubieras conocido...
Me ha interesado de especial manera que la gran mayoría de alumnos en la maestría, por ahora solo diplomado, seamos americanos y específicamente latinos. Es de suponer la importancia del tema de la Cultura Visual por las actividades que cada quien realiza, y seguramente por que no es un campo ya explorado en América Latina. Eso me agrada pues ya comienzan a verse brotes interesantes de posturas y visiones que convergen y otras que no tienen nada que ver. Eso creo es parte vital para nutrirme, para encontrar lo que quiero encontrar: una amplia posibilidad de formas de pensamiento.
Irse en verdad no es fácil, llegar menos. Quedarse es un término que suena a una posible salida a lo que no se puede combatir. Yo espero ya a que mi chico llegue por aquí. Creo que he pasado algunas de las fases del recién llegado. Me voy adaptando al horario, comienzo a pensar en sucesos cercanos y no tanto en los ausentes. Espero poder recibir como rey a mi chico para que juntos definamos que es lo mejor. A fin de cuentas el mejor lugar donde podamos estar es aquel qu enos haga sentir bien, nos de para un estilo de vida modesto pero en la línea de lo que sabemos hacer, sobre todo juntos.
1. EMPACAR
Al tener declarado el panorama viable comienza la cuenta regresiva. A correr. El tiempo. Uno mismo. Los demás contigo. Seleccionar que tendrá el privilegio y la prioridad de estar dentro de los 23 kg de cada maleta. ¿Qué cosas hay que guardar? ¿Qué cosas rolar para que alguien mas las aporveche? Esta empresa no resulta sencilla. Menos para alguien que por herencia todo lo almacena, hasta la envoltura de un dulce que algun alumno con cariño obsequió. Cuando empacas piensas en lo que te sera de utilidad pero problablemente termines llevándote lo menos necesario. Hubo varios personajes que se postularon para irse en la maleta, lamento que mi idea de traer mi mixer en ella no funcionara como yo deseeo. Ya la tendré conmigo pronto. Por otro lado la idea de desmontar toyland, la casita de la alegría o mejor conocido como el bar "Pillerìas y Jugarretas". Me pone triste por momentos. Por ver lo enoooooorme de la casa para tres gatitas y un gatito. Al empacar y descartar que sirve qu eno y empezar a dejar espacios vacios uno siente como que algo valioso se va de las manos. El estres por hacer que cada maleta pesara menos de 23 kilos hace que dejes delado aquello que crees importante y que quien sabe si lo sea llegando a tu destino final. Dar prioridad. Encontrar lo que dejaste ahí a la vista y en realidad nunca miraste. O encontrar aquello que definitivamente ya no recordabas, ni para qué tenías. Y al final siempre sientes que algo te faltó pero es tanto el cansancio que ya no tienes ganas de armar la maleta una vez más.
2. Despedirse.
Es la parte más dura, la menos entretenida, la menos recomendada al menos por la que aqui suscribe. Duele mucho, son momentos decisivos, muy profundos y hasta de dontradicción. Dolor